domingo, 14 de diciembre de 2008

Resfriados de invierno....



Me duele la garganta, y ando con frío, así que lo más probable es que me he enfriado, y los estornudos y el pañuelo de papel que llevo en mano, sean síntomas previos de un ligero refriado. Ya lo sé, he desayunado un zumo de mandarinas y naranjas, la cesta va menguando, y con suerte esta tarde se llenará de nuevo la cesta que tengo en la cocina. Esta mañana terminé de hacer lo propio con la plancha, la galería ya ha quedado recogida, un cesto de plancha en su sitio es un alivio sobre todo cuando no se tiene nadie que te haga las tareas domésticas. Imagino que lo ideal sería tener a alquien contratado que se encargara de todo eso, y dedicarme de lleno a escribir y a pintar, pero eso será tiempo al tiempo. Las tareas que implican una casa no son pocas, siempre hay algo que hacer, y cuando hay niós pequeños, más si cabe. Has de estar pendiente de sus horarios, deberes que han de hacer, seguir los desayunos de una manera completa, al igual que estar pendiente de que no se dejan los cuartos con todo manga por hombro. Los niños aprenden por rutinas, y si se les enseña dentro de un orden una dinámica de hacer sus tareas, al final, después de renegar, hacen las cosas de una manera innata. Ahota que lo pienso, también me duele la espalda, y los brazos, debe de ser el relente de ayer tarde. Estuvimos en una matanza, aquí en la huerta, había carne para hacer a la brasa, y postres típicos y dulces caseros. Todo el mundo llevó algo, y seríamos unas cuarenta personas, las que comimos y bebimos, celebrando entre varias generaciones, el reunirnos todos de nuevo. Los que más disfrutan de estos encuentros, los niños, que corren a sus anchas entre limoneros y árboles frutales que no sabría decir bien cuáles son. Entre gallinas que ponen sus huevos, en fin, voy a ver si como algo calentito que suavice mi garganta.

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