sábado, 6 de diciembre de 2008

Fin de semana de tres días....


Un fin de semana largo, salidas y viajes anulados, el bolsillo anda escaso y el ambiente que se respira para cualquier lugar en el que se mire es el de crisis. Conclusión, la casa de uno se convierte en el mejor hotel de cuantas estrellas posibles se puedan poner en la puerta. Utilizaremos la Termomix para elaborar si cabe, algún plato estrella con sus salsas sorpresa, y así haremos rodaje de cara a los días de Navidad que se nos vienen encima. Visitas, pues paseos por el centro de la ciudad, revisión de exposiciones que aún no se hayan visto y adelantar trabajos pendientes de cara a los exámenes de Enero. Los fines de semana tienen su punto, se cambian las sábanas, si hace sol mejor, porque se tienden en un momento y se secan en otro. Se puede ir a la plaza a dar vuelta y compra algo para la semana, un pasavolante como diría mi madre por la casa, y luego a comer y ver una peli en el sofá, hasta que te quedas roque, digamos que el sábado llega a su ecuador cuando te despiertas de la siesta, y la película ya ha terminado, o bien han matado a varios de los protagonistas, si es la peli de A3, o ha empezado la siguiente, idem de lo mismo. Luego ves los libros apilados en la estantería, recuerdas que quieres terminar uno de ellos, pero el momento es a la noche, y llegan el sábado por la tarde, y creo que hoy, adelantándome a todo, me pondré a pintar. Necesito pintar, y no las uñas, con esmalte color cereza, sino un cuadro de esos que llevo dentro un par de semanas, hoy le toca ver el color. He estado pensando en una estantería que he de diseñar para albergar los cientos de libros que tengo. Una casa sin libros es como un cementerio sin muertos, y aunque suene tétrica la comparación, digamos que si uno se pasea por un camposanto, cada nicho tiene su historia. La gran diferencia, los libros dan vida, se abren y puedes llevarlos contigo. Otro tema que hay que ver, es el diseño que una mesa para un salón, voy a hacer una mesa con un palé de obra, le aplicaré en las patas unas ruedas con tope para que no se muevan y cuando tenga que poner una alfombra para que los niños que vengan a casa puedan jugar, moverla por el salón a gusto de la ocasión. La quiero pintar de colores y con letras de algún poema de García Lorca y de Miguel Hernández, ya la pondré cuando quede terminada.

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