martes, 30 de diciembre de 2008

Conciertos de Brandeburgo


No se puede evitar, en esta casa la música clásica suena a lo largo del día unas cuantas veces. Recomiendo para el estudio, así como para la realización de tareas escolares el escuchar a Bach, sublime. Exalta los sentidos en medio de la tarde, la noche y el infinito. Para cocinar, pintar, para mil cosas, la música clásica es un bálsamo que conecta nuestras redes, es una especie de conexión que te hace sentir bien. Lo siento por los cuarenta principales, y por su listado de últimos éxitos, repetidos hasta la saciedad en politonos, anuncios y listados que se repiten cada cuarto de hora, yo me quedo con Bach y con Mozart. El beneficio de los niños cuando lo escuchan se puede ver en el desarrollo de sus habilidades creativas, se crea un contexto, un microclima en el que la creatividad y destrezas sale por sí sola. El niño se relaja, y se anima a la creación, prueben en casa, a cambiar la radio con sus anuncios, a una hora con uno de estos autores. Merece la pena, se nos acaba el año, a punto estamos de cerrar este 2008 con sus más y menos. Esta mañana viendo las noticias con el desastre que hay en Gaza, con sus 1700 heridos por los ataques, me preguntaba, qué hay que hacer para humanizar lo deshumanizado del hombre. Una parte del mundo acechada por bombardeos continuados, por no se qué razón extraña, cultura me digo, es la base de todo, es el sueño de la razón, la puerta a la libertad son los libros.

No hay comentarios: