Esta noche comienzo la lectura de este libro de José Saramago, es extraño decir que aún no le he leído, como un pequeño fallo literario, subsanable en el día de hoy. Saramago me inspira cierta confianza, acercamiento o sensación de estar bien, así que tras verle en el estreno en Lisboa, de la película que toma su novela como argumento, me dije, este es el momento. Escritor portugués, cuenta con 86 años a sus espaldas, o a sus manos literarias. Es curioso, que estos genios de la palabra se pierdan tarde o temprano en el hilo de la vida, y con ellas, las oportunidades de un café en Lisboa, una tertulia por los adoquines lisboetas, del brazo de este singular hombre llamado, José Saramago. Si vuelvo a Lisboa, que lo haré sin lugar a dudas, punto cardinal de mis nortes vitales, haré escala en Oporto, para comprar obras suyas en portugués.
2 comentarios:
Natic, es una obra muy fuerte, a mi me impactó, pero no deja de ser una fuerte crítica a nuestra sociedad. Espero que te guste y espero tu comentario.
Lisboa, una delicia, siempre hay que volver.
Un saludo
Teresa
Hola Teresa, de momento voy por la página 143 , y es cierto, es crudo y real. He estado haciendo metáforas interpretativas de lo que Saramago nos viene a decir en esta novela, si bien las notas que voy tomando las desarrollaré al final de la lectura. Creo que al principio nos narra el que cualquier acto no está exento de una causa posterior, ajena a veces a nosotros mismos, en este caso, se entrelazan las circuntancias, haciendo de manera consicente a los protagonistas, el saberse sabedores de sus hechos y consecuencias. Una cadena humana, entrelazada. Choca el trato vejatorio al que se sienten expuestos los que sufren de esa marea blanca, esa leche que inunda todo, pero, no podría ser en parte esa marea de leche un reflejo de cómo ven el mundo otras personas cuando no casan sus ideas con las nuestras. El apartamiento, es todo, bueno, un beso, y en cuanto lo finalice hago mi parte personal.
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