sábado, 11 de abril de 2009

Un taxista, con una historia detrás.....


Esta mañana pasé a recoger el móvil, sí, he caído de nuevo bajo la mano inmensa de las compañías telefónicas, esta vez de la mano de una compañía que oferta que pagas un minuto y hablas 60. Quién habla tantos minutos por teléfono, yo perfectamente puedo hacerlo, y más si es una conversación entretenida, aunque prefiero las distancias cortas. A lo que iba, que quería contaros, el caso es que cuando recogí el móvil y lo puse en marcha en casa me daba error la tarjeta y bueno son cosas según me enteré después, de algo que se llama activación, hasta dentro de tres o cuatro días el teléfono no se activa, eso sí, cobrarlo me lo han cobrado hoy, no dentro de cuatro días. Los autobuses no llegaban, y cogí un taxi, en esto que me pongo a comentarle al taxista a lo que voy a la tienda, y entablamos una conversación. Terminamos hablando del trabajo, y me comenta que ha sido de todo, hasta llegar a taxista, delineante, general, luego pasó a guardia civil porque el ejército les bajó un grado... Y me dice, hasta que mataron a mis cinco compañeros, cogió tal rabia e impotencia tras el atentado, que dejó el servicio como Guardia Civil. Estaba triste, cuando me comentaba que ellos eran amigos de siempre, desde que empezaron a estudiar, y el destino o como mierda se quiera llamar a esto que se llama asesinato bajo las siglas de Eta, les jodió la vida a los que la tenían, y a los que se quedaron con la boca abierta como sus compañeros y colegas se iban en una caja de pino al otro barrio, al de los bajo tierra. Qué cosas, le digo, al salir le digo que ha sido un placer conocerle, que encantada, él me dice que hasta la próxima, que encantado de haberme llevado, y ahí queda, un hombre con una historia digna de cualquier libro de los que me engullo, quién sabe, a lo mejor, hasta me pongo a contar algo suyo en uno de esos bocetos que escribo. ÉL no sabrá, que hoy le inmortalizo entre mis notas, si alguna vez usted coge un taxi, un señor de pelo canoso y gafas, puede contarle una historia, tan heladora como el frío que nos llega entre borrasca y borrasca, si lo ven, salúndenle de mi parte, la señora con niña que fué a ver un problema de teléfono al Media Mark de Ronda Sur, una mañana como la de hoy, un beso para todos mis lectores.

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