Pizza casera, pan de zanahorias y magdalenas....

Los congelados y productos prefabricados inundan la mayoría de estanterías de supermercados y lejas de nuestros hogares y frigoríficos. Salir al paso antes que ponerse un rato en la cocina es el recurso al que muchos optan bien por falta de tiempo o bien por desgana frente a ponerse manos a la obra con una receta de cocina. Ayer se hizo en casa uso del horno para diversos menesteres, decir que se puede aprovechar el uso del horno en una misma receta, para hacer otras al tiempo, aprovechando el uso del calor y del tiempo en el que el horno esté funcionando. Los ingredientes para la pizza son muy básicos y fáciles de tener por casa, sin necesidad de salir expresamente a comprarlos fuera: Un bote de tomate frito, o si se desea triturado sin freir al que se le añaden unas gotas de aceite y orégano para que mecere durante una media hora, unas cuantas olivas, dos latas de atún que no lleve aceite, del que va al natural, un poco de bacon en tiritas finas, una lata pequeña de champiñones laminados y por último, el queso que se puede rallar del que tengamos por casa. Eso sí, la harina que sea de fuerza, de las que se venden en las panaderías, unos 20 gramos de levadura fresca prensada, que se suele encontrar en la zona de las mantequillas, y un poco de sal, y algo de aceite. Todo eso se amasa bien, si tienes la Termomix, ya sabes, en velocidad Espiga, que la amasa y deja perfecta. Puedes usar la masa tal cual, o dejarla reposar unos 30 minutos, tapada con un trapito para que suba, así puedes dividir la masa y la mitad restante usarla para hacer pan. Puedes rallar una zanahoria, y con esa masa, hacer dos panecillos con la ralladura de la zanahoria insertada en la masa. Al final, buenísimo todo, y lo mejor, los niños se lo pasan pipa ayudándote a hacer la comida