jueves, 22 de enero de 2009

Teléfonos que no quieren dejar de sonar


LLamo esta mañana a una compañía telefónica, me siguen mandando facturas de unos teléfonos a los que solicité baja hace un par de meses, y tras quince minutos consigo que me digan dónde he de pagar esas cuotas mínimas para poder darme de baja. Me vienen a la mente los anuncios de telefonía móvil que nos vienen por la tele, todo son beneficios, gente pegando saltos, te regalan el oro y el moro, teléfonos con cámaras con una resolución que ni la propia realidad tiene, y bueno, luego a luego hasta le darás a una tecla y te saldrá la comida hecha y la ropa planchada. Pero cuando llega el momento de decir adiós, hasta aquí hemos llegado, llegan los problemas, marque el tal y tal, tras marcarlo, no este no es el departamento de bajas, ha de llamar a tal y cual, y te tiras toda una mañana, para que te deriven a una tienda, en la que luego te vuelven a derivar a un número de teléfono, un operador al otro lado del charco. Cuando se den de alta en una compañía, miren bien la letra pequeña, la ilegible, la que va en un tono que cuesta leer, esa es la clave de la estafa real de hoy le regalamos algo, que mañana ya le clavaremos sin que usted se de cuenta.

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