domingo, 25 de enero de 2009

Al cine con Bolt

Una de las ofertas cinematográficas que nos ofrecen las salas de cine de Murcia, es la de "Bolt", esta tarde la hemos visto en la versión 3D, que requiere para su visión un uso de gafas especiales que propician otra manera de ver el cine. Y vaya que era diferente, la oferta cinematográfica va aumentando sus prestaciones en calidad y servicio a los espectadores, que vemos con creces satisfechas nuestras espectativas para un rato en la tarde del domingo. Trata de Bolt, un perro que trabaja en unos estudios de cine en Hollywood, cree que todo lo que rueda es real, y como tal se cree un auténtico super héroe capaz de hacer frente a todo lo que se le ponga por delante. Pero la vida es otra cosa, y deberá de ver el mundo con otros ojos de la ayuda de nuevos amigos que se encontrará en medio de una búsqueda personal. Excelente película para ir con niños, o ir mayores, seguro que os gustará. .... Pero han pasado otras cosas, aparte, el escenario...Hace una tarde extraña, ayer un viento impertinente nos hacía quedarnos en casa, y esta tarde, a eso de las seis menos cuarto, mientras el coche circulaba por la autovia, miraba el escenario, era la luz, una luz diferente, como si el sol se hubiese subido él mismo la intensidad. Contrastaban las casas con un sol en sus fachadas, mientras el cielo sobre ellas eran nubarrones de un azul oscuro intenso, quieriendo ser grises, queriendo ser carreteras de asfalto estelar. LLegamos, y hace frío, me pongo la bufanda para protegerme el cuello, desde que pillé aquel resfriado este invierno pasado, le temo al frío, lo dejo de cuerpo para afuera. Y estamos en el cine, tardas unos catorce minutos en llegar, y subes a esas terrazas al aire libre, con una serie de bares de comida rápida, de panes congelados, y de escenarios que son los mismos aquí que en Madrid, los mismos en Cartagena, que en Soria, lo único que varían son los camareros, y nosotros, los que llegamos allí. Parejas cogidas de la mano, niños que suben y bajan, parejas que nunca se cogen de la mano, parejas que se besan y por supuesto, las que nunca se besan. En medio de este tropel, podemos ver la cola formada para sacar entrada, hay que tener valor para seguir allí, pero nos adentramos en la marea humana con olor a palomitas. No llevo tabaco, quiero fumar, esas colas me ponen de los nervios, asi que emprendo un viaje peregrino por los locales, buscando una máquina que lo venda. Al final consigo comprar un paquete Nobel, y sigo deambulando por ese espacio abierto, a la par que cerrado, cerrado de calles, de tránsito de adoquines, anestesiado por un espacio que se aparece como ficticio, miro a mi iquierda, la estampa es ideal, la ciudad al fondo, con un cielo diferente. En estos centros, lo mejor es mirar hacia otro lado, y añoro connostalgia los cines de antaño, cerca de casa, cerca de todo. Mis hijos se están criando en esta nueva cultura, impersonal, extraña, empaquetada, la que nos dan y digerimos, tiempo de ida y de vuelta, que dedico a mirar el resto de coches, árboles y luces rojas que nos dicen que hemos de detener el coche, en fin, buenas noches lectores, y si pueden observen y llévense en sus pupilas esos retazos de luz que nos deja el día, antes de volver a casa y meternos de lleno con las tareas y quehaceres diarios....

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