jueves, 5 de febrero de 2009

Acompañar a los hijos al colegio

Los niños se van a sus colegios por la mañana, les ves caminar, con la mirada cansada unos, otros con esa chispa enérgica, que sólo un niño conserva en la mirada. La mañana empieza así, levantarse rápido, arañar ese instante de más en la cama, y empezar el día, trotar por este mundo de la mejor manera posible. A la vuelta, los coches con sus trayectos de semana, los mismos recorridos para ir al trabajo, y lo que ayer pensaba, no hay mejor manera de empezar el día que con un buen desayuno. Los niños se ven a veces reacios a completar su desayuno, a pesar de tener la suerte de tener dispuesto en la mesa todo lo necesario para empezar el día. Sugiero que se les haga lo más apetecible el desayuno, para que no marchen sin esa dosis energética que les haga tener su cabeza en forma para estar en las clases atentos, y no con bajadas de azúcar. Un zumo de naranja, unas tostadas, los bocatas o tentempiés para media mañana que no se olviden, y todo eso. Corto y cambio, sigo con lo mío, por cierto, a los niños les gusta que se les hable en los trayectos cuando se les acompaña al colegio o a la parada del autobús, conversaciones amenas acerca de sus cosas, lo que les inquieta, preocupa o lo que les gusta, este tipo de conversaciones con un adulto, les hace sentir protegidos y acogidos, son pequeñas dosis que fomentan el enriquecimiento de la autoestima de los pequeños. Un beso, y ya cierro el tema por hoy.

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