miércoles, 8 de diciembre de 2010

Resfriados y viajes y de todo un poco...

Resfriado, gripe, no sé qué puede ser, pero esta noche ha sido buena para atrás. No coges la postura en la cama, no respiras bien, te duele el cuerpo por doquier, estás hecha una eme mayúscula. Los años serán, que una no se recupera ásí de un día para otro. Los forros polares hacen su papel, pero no han eitado que mi garganta se resintiese, y acabara como una alfombra de esparto. Es lo más parecido, cuando te levantas en mitad de la noche, el espejo te dice sin piedad tu estado, las ojeras propias de estar enferma, y la mala cara de no dormir bien, así que espero que en un par de días renueve la poca o mucha energía que dispongo a lo largo del día. Mis hijos mayores volvieron de estar unos días con la familia paterna, esto es lo que tiene hacer las cosas bien para atrás. Desde el verano, nada menos, así que estuvieron la última vez en chanclas y camiseta y esta vez ya directamente en chaquetón y bufanda. En estos casos eso de las visitas, y todo lo que dicen los jueces de cumplir cuando las cosas toman el camino que toman es este, que luego, los progenitores se toman las distancias como algo relativo, y lo que viene a ser quince días terminan siendo tres , cuatro o cinco meses sin pasar a ver a los propios. Una que es madre, y que sabe ya de lo que va la película, ya no toma disgustos, antes sí, ya, ni me molesto. Por eso cuando dicen lo del día del padre, digo, anda, sí, será en el libro de familia, porque otra cosa, mariposa. Todo hay que decirlo, que padres hay como gustos y colores, los hay que se desviven por sus hijos, suerte que se tiene últimamente, y eso que se llevan las criaturas pequeñas, y los hay que eso, que se despistan. Anda, he empezado hablando del resfriado, y dónde he terminado. A Jose qué decirle, que es padre de su hija con todas las de la ley, desde que se levanta hasta que se acuesta, y de los que no son suyos, espero que algún día, éstos vean lo que nos preocupamos por ellos.

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