viernes, 24 de julio de 2009

"La tienda de Pedro "


Un reloj que no aparecía, salío al encuentro el otro día, -¿dónde andabas le dije?, aquí andando, sin pila que me haga funcionar, lo rescaté del armario en el que se hallaba, y por tres euros le han puesto una pila nueva. Desconozco el precio al que está cambiarle la pila a un reloj, pero lo que haga falta por este reloj que no recuerdo bien de dónde viene, creo que de un aeropuerto, el de Madrid. Con el calor azotando la mañana, a eso de las once y media, me digo, pues a por la colcha que hay que cambiar la que hay. Veo la iglesia del Carmen, con féretro incluido en la puerta, y le digo a mi hijo que eso ya no es vida, las flores ahí poco hacen ya al muerto, si caso a la floristería, me dice Fran- ,mamá qué poco respetusosa eres con las costumbres, y más tratándose de muertos. Le digo que yo no quiero flores en ese caso, que las prefiero en vida, a ser posible en maceta, en jardín, en calles y balcones, pero en coche fúnebre no. Seguimos el camino hasta llegar a la tienda en cuestión, con su escaparate a rebosar de bragas en oferta, de cajas de sujetadores con hermosas damas sonrientes, de toallas de vivos colores, de batas de estar por casa, de todo eso que por cuatro perras terminas por echarlo a la capaza de la compra. Buenas- quería una colcha para una cama de 1,50, - tenemos de todo nena, a ver, abre la otra tienda y enséñale a esta mujer lo que te pida. Cruzamos la calle, y nos abre otro local, imagino que con la de años que lleva el hombre al pie del cañón, media calle debe de ser suya, eso que tienen los negocios que van bien. La tienda está hasta el techo de género, y me enseña unas cuantas a las que no hago mucho caso, y le digo, y esa?, ésta es la mejor que tenemos, y también la más cara. Pero aunque valga 38, te la dejo en 28, pues me la llevo. En El Corte Inglés son mucho más bonitas y mucho más caras, pero ya que el bolsillo es el bolsillo, el barrio es el barrio. Tras enseñarme amablemente más cosas, le digo al dueño, vaya que sí, usted sí que está al ´día de todas las intimidades de medio barrio. Ha llenado de bragas y sostenes a varias generaciones, y de calzoncillos a otras tantas, cuarenta años me dice. A lo que le contesto, que por algo será, por algo será. El hombre, ignoraba en ese momento, que más tarde estaría por la red de estos artículos ....

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