jueves, 16 de julio de 2009

"Día del Carmen"


La mañana se despertaba con un voy a desayunar fuera de casa, dónde vamos, pues a la Confitería El Cisne, en el camino veo al personal de la Universidad, los altos cargos que siempre están en inauguraciones de cursos, exposiciones, charlas y derivados, con los mismos atuendos peron con diferentes ocupaciones según el día. Se saludan por la calle los unos a los otros, unos ya han desayunado, otros van a ello. Busco en las vitrinas una torta de Navidad, luego caigo en la cuenta que no es el tiempo, las tortas de Pascua como que no se comen ahora, pero me apetecía, reviso de nuevo las vitrinas, pues será un café con leche descafeinado de máquina y..., anda, pues que sea también una puntica de esas que ponen con tortilla de patatas. Abro la prensa, y me veo a la misma gente de la calle en una foto del periódico La Verdad, extraña combinación la mía con el café con leche y el bocadillo de tortilla. Salimos del sitio, vuelta al Barrio, recuerdo que he de comprar una cinta para el traje de india, así que a la Mercería. El representante espera en una esquina, los bañadores de oferta, los botones de colores, los hilos, todo como siempre, las mercerías no suelen cambiar con el tiempo, no se convierten en espacios de diseño, siguen con el mismo aire, y con las conversaciones de mostrador que ni os cuento. A mi derecha una mujer que busca los colores del Barsa para hacer un escudo en punto de cruz, a mi espalda una señora que busca una hevilla porque los zapatos nuevos se le han roto, y en el mostrador la dependienta hablando de la suerte que ha tenido con los exámenes. Pues sí, quería el rojo, el amarillo y el color azul oscuro, a ver, empiezo a sacar cuentas mentalmente, y vaya que si me va a salir caro el traje de india, pero esto es lo que tiene ser madre, hacemos lo que haga falta. Ahora anda pegando saltos a mi lado, me enseña la gorra, con su nombre bordado en amarillo. Después de la estancia en la mercería, que sale una mujer o más bien entra diciendo que sus sudores no son de la menopausia, sino de lo gorda que estaba. Paso por el centro de Salud, me han de sellar un volante urgente para una prueba, no tengo hora les indico a los que están esperando, necesito una cosa firmada del doctor, y otra vez, no, no tengo hora. El señor mayor que se supone ha de entrar se encasqueta en la puerta, no quiere que me cuele, así que ni caso, me siento de nuevo, finalmente sale la enfermera, es éste el teléfono, sí, pues en breve llamarán para decirle el día y la hora. Todo arreglado, paso por la frutería, las cerezas están mucho más caras que las de la Plaza, allí las compré la semana pasada a tres euros el kilo, aquí a cuatro con veinte, pues que sea medio kilo, me llevo uva fresca y un par de melocotones. A la vuelta me llama Rosa, hoy come en casa.....

No hay comentarios: