viernes, 22 de octubre de 2010

La gente fuma un disparate, veo cigarros por todos lados....

Mira que he fumado, mira que los pitillos me han acompañado como quien dice media vida, pero ya no fumo, ya no siento esa necesidad imperiosa de llevarme a la boca el cigarrico, ya no necesito sentir el calor del mechero encendiéndolo a solas en un balcón de madrugada. Ya no, pero sigo viendo cómo ese acto mimetizado, mecánico, necesario a veces, sigue en los actos de mucha gente. Hoy en el hospital mismo, en las puertas del Virgen de la Arrixaca había mucha gente con el cigarro, hablando, solos, en tertulia, y yo mientras miraba, y me decía, uff, qué gusto ya no tener que pedir uno cuando no llevas, que salir a comprar, todo eso. Yo ya no fumo,

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