viernes, 14 de mayo de 2010

Noches hospitalarias....

Era tarde, entrada la noche, rozando el día siguiente, cuando nos presentamos en la puerta de urgencias pediátricas. Pase al mostrador de ahí dentro, a la derecha, damos los datos, ¿Ha venido usted antes?; ¿Es la primera vez?, ¿No nació aquí?, ¿Domicilio?...., pase a la sala de espera, y enseguida le llaman. Por precaución no paso, tengo la seguridad de que va a ser lo que me pienso. Es nuevo el hospital, estrenado tal vez de estas Navidades, los padres pasean nerviosos, como estamos nosotros, los ojos no pueden esconder lo que se lleva dentro, el miedo. Hay un niño llora desconsoladamente, luego le veo, va con su bracito escayolado, y una mascarilla de oxígeno, llora, gime, sigue llorando y me desconsuela. Lucía duerme ajena a todo, con su pijamita de flores, sobresaltada de vez en cuando, con su chupeta en boca. Me llama la atención un cuadro, es Laika en el espacio, una perrita pintada en un mural de madera, con colores brillantes, fucsia, verde, amarillo, blancos y plateados, me acerco, vuelvo. Pasamos al triaje, la desvestimos, toman nota, la volvemos a desvestir, pasen a la sala de espera, yo por precaución en el pasillo. Nos llaman al rato, mejor en el pasillo, ya lo sabía. Nos vuelven a llamar, y es eso, Varicela. Ahora duerme, su cuerpo parece un traje de flamenca en la feria de Sevilla, de momento no hay fiebre, estamos pendientes todos de que el curso de la Varicela no revista mayor preocupación que las propias de las molestias de las pupas que salen. Un saludo

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