martes, 17 de noviembre de 2009

Incorporándonos a nuevos horarios

Come, ríe, sueña, duerme, se despierta, se muerde el puño derecho, luego el izquierdo, me levanto una vez y otra cada dos horas, a veces cada menos, porque tras las tomas hay que cambiarla. Come, ríe, sueña, los niños al abrigo del pecho de la madre, come, ríe, sueña....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy tu tita, que quiere decirte, que...dos cosas: primero, que no me llamo Santo. Segundo, que vivir la experiencia del nacimiento de Lucía, lo mismo que la de Elena, son de las cosas más maravillosas que he podido vivir. A pesar del miedo y la incertidumbre, es algo que he tenido la suerte de presenciar varias veces: la salida a la vida de una nueva criatura, completa, perfecta, ansiosa por tragarse literalmente todo el aire del mundo.... Después de ver lo que supone de traumático para el bebé el paso por el canal del parto, la salida al mundo, a la vida, es tan hermosa, tan impresionante, que parece un milagro. Intentar describir el momento no es posible y puede llegarse a la cursilería, por eso es mejor no seguir por ahí. Luego, las ves en sus cunitas, relajadas, tan preciosas, tal vez añorando su vida intrauterina, que parece mentira.
Son dos proyectos de vida, hay todo un futuro para ellas, y no podemos ni imaginar la de cosas que están destinadas a vivir, los progresos, los avances, ... el mundo está esperándolas.

Nati Mus dijo...

Lo sé, Santi, ahora cambio el nombre, las prisas siempre a la hora de escribir