miércoles, 11 de noviembre de 2009

Lucía nació el 5 de Noviembre




LLegaste por la mañana, eran las nueve y veinticinco, cuando te vi cubierta de una capa blanca, acurrucada, sentada en mi vientre, llegaste con los primeros fríos otoñales, y tu llanto se fundió con el mío, al unísono, como un vals de flores. Dar las gracias a todo el equipo que estuvo atendiéndome, a la doctora Almansa, a la matrona que me atendió cuando llegué a la clínica, al matrón que estuvo luego, a las auxiliares, relaciones públicas del hospital San Carlos, a los doctores que me han atendido durante el embarazo, Eric Saucedo y Juan Luis Delgado, a todos los que han hecho posible que haya tenido las fuerzas para llegar al final. Gracias y mil gracias a su padre, Jose Juán, porque has estado pendiente de nosotras las 24 horas, antes, durante y después, a mis hijos, a mis padres siempre ahí para todo, y a mis tías Santi y Charín. A Santo especialmente por estar a los pies d emi cama, por estar en la epidural, en las falsas alarmas, en los múltiples viajes al hospital. Gracias a mis suegros, a Candelaria y Ginés, por vuestro cariño siempre desinteresado, a mis cuñadas y cuñados por todo el empeño en que estuviese todo a punto. A mis amigas, sobre todo a Rosa, que hemos compartido embarazo a la par, y de nuevo, gracias a Jose por ser como eres, eres un campeón, y no porque te lo ganasras a pulso navegando y consiguiendo trofeos en medio del mar, en medio del trabajo en medio de todo frente a la adversidad, gracias porque me has demostrado que las cosas se demuestran con hechos, y tú si que haces que todo sea posible. me despido hecha un mar de lágrimas y emoción, he de volver a mis tareas, me reclama uno de mis mejores poemas, mi hija Lucía, y como no, mis otros hijos, Alba y Fran. Y un beso muy fuerte a mi hermano, que me llenó de flores, antes de que llegara Lucía.

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