sábado, 9 de enero de 2010

Un pasillo de recuerdos ...


El poder de la imagen, consultando fotos antiguas, exactamente de las Navidades pasadas, veo lo fácil que es trasladarse en el tiempo y el espacio a través de una foto. Podemos con suerte, otras mejor no intentarlo, saborear momentos agradables de nuestro caminar. Así como situarlos en el espacio y tiempo, es como una pequeña nota que nos abre un posterior abanico de información y de recuerdos. Mi abuela muriò de Alzheimer, no sé si murió a causa de esta enfermedad, pero cuando murió, estaba en una etapa bastante avanzada de la enfermedad. Encamada, y ausente, con una mirada perdida, una mirada ciega y desconocida para los que la conocimos de otro modo. En cierta ocasión escribí una carta al periódico local, que publicaron posteriormente, en la que hablaba de dicha enfermedad, hacía una comparación metafórica, y asemejaba que esta enfermedad era como caminar por un pasillo, con una caja llena de fotografías, las de la vida propia, y en ese pasillo que era la vida misma, se te iban cayendo por él, para no poder recordar jamás. Esta semana pasada, mis tías fueron a Madrid a un funeral, mi madre se encontraba en la playa, y no llegaba a tiempo a la salida del autobús que las llevaría con el resto de familiares al funeral, y desde aquel día pienso la cantidad de cosas que dejamos pasar, de palabras que no decimos, de abrazos que no damos porque lo dejamos todo para mañana, para esa proyección futurista con la que nacemos y que pensamos tener derecho. Decidí entonces no quejarme, y poner las energías necesarias y las que tuviera cada día en todo aquello que hiciese, con más empeño si cabe que el día anterior, porque el mañana no existe, tan sólo existe el presente y el pasado que hemos vivido, el mañana, como dice mi madre, Dios dirá. Así que si tenéis cosas pendientes que créeis que siempre podréis hacer, tal vez sea ya hora de ir haciéndolas. He llegado a la conclusión, de que perdemos tiempo, demasiado tiempo en enfadarnos con nosotros mismos, con los ajenos, con aquellos que ni si quiera están presentes en nuestras vidas, y dejamos escapar sonrisas que deberían de estar siempre prendadas de nuestra boca. Así que eso, hoy como acción hacia los que tengo en casa, que sé que les gusta, les hice postres varios, un flan de café y unas gelatinas con frutas en almíbar. Un beso, y a pasar un buen fin de semana.

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