jueves, 28 de enero de 2010


Después del Fisio, porque llevo desde la semana pasada hecha un ocho con la Lumbalgia, me encuentro este libro que me viene como anillo al dedo, y nunca mejor dicho. LLegué tarde, mucho más tarde de lo previsto a rehabilitación, el personal recogiendo sus cosas, y yo que llego con la tarjeta en mano de la compañía a darme la sesión, al final me cogieron y yo muy agradecida. Salí como en una nube se suele decir, pero con las preocupaciones en mente de nuevo nada más salir a la calle, la agenda que no se me olvide, pagar al chaval de las clases particulares de mi hijo, ver qué les pongo para comer al día siguiente, qué les hago de cena, y en esto que me dice Alba, mira mamá, tus libros. Y no me lo puedo creer, así que entre dolencia y dolencia de espalda, y rato que pueda entre los tres críos, me daré de nuevo a la lectura que la tengo bastante abandonada.

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