miércoles, 8 de octubre de 2008

Elegía a Miguel Hernández



Miguel Hernández es un toro desbocado, correteando montes con su negro enlutado. En la plaza solitaria del pueblo, nadie saca su pañuelo para salvarlo del infierno. Tu Josefina, tu siempre jardín en flor, tu perfume variado y extasiado. Como el negro que viste la piel taurina, tu destino se torna oscuro y triste, en mitad del blanco del papel de tu gloria. El negro de la tinta sobre el níveo blanco, cómo te añoro sin haberte conocido. Cada vez que mi mano abre tu libro, aleteo sus páginas soltándote al viento, para que vuelen tus palabras con mi cálido viento. Miguel es mi poeta, mi amante escondido, es el hombre que me recita versos. Al caer la noche, la plaza cobra vida, las estrellas pueblan de luz las infinitas plazas de España, y tu gloria se abre en cada rincón nocturno, al abrigo de una lámpara, al abrigo de mi pecho.
Natividad Mus Aliaga

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo un comentario Nati... cumplida la misión de la práctica.. cámbiale la temática a tu Blog (digo que le quites lo de que es un blog de la asignatura :-))... que ahora, una vez cumplidos con creces los objetivos de una práctica, ya anda solo y tiene sus propios rumbos :-)

Linda