miércoles, 14 de mayo de 2008

Amanecer de pólvora


Juan Manuel compró un billete de ida y vuelta, para volver a su tierra malagueña, y cambió la brisa marinera por el frío de la metralla norteña. Su billete no le indicaba que la muerte se cobraría la vuelta, y que a su mujer e hijo les regalarían años de llantos y angustias venideras. Juan Manuel se levantaba por las mañanas, como tantos nos levantamos, con el trajín diario de los desayunos y las tostadas. Su trabajo en cambio, era diferente, se viste de verde héroe, de verde esperanza, y a pesar de no salir en las pasarelas como mejor traje de héroe, sale con su verde. Hoy el rojo cubre tu capa, y a mí me ahoga tu muerte en esta locura norteña de locos con metralleta y bombas lapa que juegan a ser héroes de la muerte. Te levantaste como todos, y sólo tú estabas en el frente, yo bajo mi frente mientras mi pena te acompaña, lo siento mucho. Y lo peor de todo, es que el frente sigue abierto, y se marcharán más héroes como tú, por este absurdo nacionalista de tierras que sólo sirven para abrigar nuestros cuerpos muertos el día que nos vayamos al otro mundo.

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